Por Stephane Navarro.
Ay… profe... No sabía que el trabajo de entrevistador era tan difícil. Después de varios intentos e interrupciones por parte de mis hermanos menores, conseguí interrogar… digo… entrevistar a mi madre Lluvia, que es médico voluntaria.
*Stephane enciende la grabadora para no perderse detalle de las respuestas por si Ian llora, o su padre se pone a cantar una nana de fondo*
Stephane N. -Mami ¿empezamos vale?
Lluvia N. -Claro hijo, pregunta.
- ¿Por qué decidiste ser médico?
*Se hace el silencio mientras Lluvia se queda pensando unos instantes* Pues… decidí ser médico porque ya había estudiado psicología, y ver a tu tía Carlota curando pacientes me hizo pensar que si además de curarlos por “dentro”, los podía curar por “fuera” para ayudarlos completamente ¿por qué no intentarlo?
“Mens sana in corpore sano”.
“Mens sana in corpore sano”.
- ¿Qué se necesita para ser médico?
¡Muucha paciencia! *Ríe*
Paciencia… primero para estudiar medicina y farmacología porque son conocimientos necesarios para ejercer la profesión, y no son habilidades que se adquieran en dos días. Y después, para tratar con los pacientes porque a muchos no les gustan los médicos o las agujas o ¡ambas cosas! Es necesario tranquilizarlos antes de examinarlos para que el diagnóstico sea más certero.
Además, hay que ser amable, así el trato paciente-médico es más llevadero para ambas personas.
Eso por una parte. Por otra, se necesita material médico como son: los analizadores de sangre, las bases para medicina y las cajas de jeringuillas…
- ¿Qué es lo mejor y lo peor de trabajar en la medicina?
Mmm… lo mejor, la capacidad de curar a tus seres queridos con tus propias manos, sin tener que esperar horas a que otro doctor les atienda. Y sacarles una sonrisa a los pacientes que has logrado curar.
Lo peor… uff… encontrarte con un paciente gruñón, o insatisfecho porque le extrajiste demasiadas muestras de sangre para su gusto antes de detectar de qué enfermedad padecía. O que protesta porque quería que le pasase consulta otro médico que por determinados motivos no se encuentra en la ciudad.
- ¿Es compatible este empleo con otros?
Sí, a no ser que decidas trabajar como médico fijo de un hospital. Pero siempre puedes apañártelas para compaginarlo con otras actividades.
- ¿Me cuentas alguna historia especial relacionada con el tema? Por ejemplo, de algún paciente cuyo caso no vayas a olvidar nunca, o que recuerdes con cariño.
Recuerdo… la primera vez que curé a un paciente, con la ayuda de tu tía Carlota. Fue la primera vez que alguien me dió las gracias por haberle curado, a pesar de sólo haber tenido que poner una inyección.
Más recientemente, el pasado Z-day, era yo quien preparaba el material, daba las instrucciones y ayudaba a otra persona a curar a su primer paciente. Lo más gracioso es que yo era, a la vez, doctora supervisora y paciente, mientras que uno de mis pacientes predilectos, tu padre Alex, desempeñó el papel de médico *Ríe de nuevo*
- ¿Cambiarías o mejorarías algo de la medicina?
Cambiaría… algunas cosas del día de los zombies. Es horrible tener que salir corriendo de la cripta para que no te vean y encerrarte en casa con llave si quieres extraer muestras del virus zombie para hacer medicinas, de lo contrario, te arriesgas a que los locos armados con jeringuillas que abundan por todo Londres te pinchen y te curen sin tu consentimiento, echando a perder tus planes de experimentar con las muestras de sangre del virus para el futuro.
- ¿Alguna vez te peleaste con otro médico? ¿Por qué?
Jajaja pelearme de llegar a las manos o discutir, la verdad es que no. Aunque más de una y de dos veces me quedé mirando mal a algún doctor que me pinchó sin previo aviso, sin que se lo hubiese pedido y encima ¡sin que estuviese enferma!
*Stephane retoma la palabra*
- ¡Vale! Creo con esto será suficiente para la tarea ¡Muchas gracias mami!
- De nada hijo, espero que a tu profesora le guste la entrevista. Y si quieres hacerme más preguntas ya sabes que puedes.
- Sí. Siempre que Ian no se ponga a llorar, o Minerva a preguntar cosas (...).